HISTORIA

Se acerca la fiesta anual más grande que celebramos en la Parroquia y los invitamos a leer y admirar la  historiografía de La Santísima Virgen María en su advocación de la «Divina Pastora» y del barrio de San Francisquito.

El «Barrio de la Loma»

-Congrega de Indios-

Entre 1531 y 1538, junto a la primitiva ermita de la «Santa Cruz» situada, según la tradición, en el cerro de «El Sangremal», se estableció una congregación de indios ocupando la parte alta del «Barrio de la Loma» y la cuesta hacia el sur-este, donde se encuentra el barrio de San Francisquito.

En el siglo XVIII había cerca de 15 mil indígenas, lo que significaba a Querétaro ser la segunda  ciudad del Bajío con mayor número de ellos, sólo superada por Celaya que tenía 35,535. Por otro lado, la población de negros, mulatos y mestizos iban en aumento.

San Francisquito

Los frailes recoletos tenían su casa de recolección de San Buenaventura, donde estuviera la ermita dedicada a la «Santa Cruz de los Milagros». Atendieron espiritualmente a la congregación indígena de El Sangremal, hasta que en 1740 los frailes seráficos del Colegio de Propaganda Fide se hicieron cargo del barrio, levantando una capilla para colocar la imagen de San Francisco. Los vecinos del barrio, queriendo diferenciar esta veneración de la ya existente en el «Convento Grande de San Francisco», le empezaron a llamar con el característico diminutivo que utiliza la gente de nuestro pueblo para referirse a las cosas que le son entrañables, propias: «Templo de San Francisquito» que hasta la fecha popularmente perdura.

Culto a la «Divina Pastora»

Mediaba el siglo XVIII cuando un hermano lego que vivía en el convento de la Santa Cruz, encargó a un imaginero que le tallara una escultura de la Virgen María en su advocación de la «Divina Pastora», con su sombrero de zagala y su guaje, coronada con un nimbo y doce estrellas. Pasado el tiempo y habiendo dejado el recinto religioso, el lego se fue a vivir al barrio de los indios.Eligió una casa frente a la capilla, a fin de participar en la vida religiosa de la comunidad, enseñando doctrina a los niños y jóvenes. Al darse cuenta de que la imagen de la «Divina Pastora» empezó a tener devotos entre los feligreses, decidió donarla para que fuera venerada públicamente.

Se erige el templo

Francisco Antonio de Alday fue el principal promotor para erigir un templo dedicado a la «Divina Pastora» en el sitio donde estaba la sencilla capilla de San Buenaventura. El 20 de Agosto de 1785 se colocó la primera piedra y el 8 de septiembre de 1786 se inauguraba solemnemente. La fachada de la iglesia es un sencillo mensaje doctrinal en piedra. Blanca y esbelta , su torre señala y sitúa el fervor y la historia de San Francisquito. Adentro, sus imágenes, tan cercanas a la vida diaria de los vecinos del barrio, permanecen como testigos del paso de generaciones. A partir de 1856, el templo ha funcionado como parroquia.

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